Generan Energía a Través de Estiércol Animal
>> 9 de julio de 2009
Se trata de un proyecto realizado en la Sede Viña del Mar de la Universidad Santa María, donde el profesor e ingeniero bioquímico, Claudio Matta, trabaja en la producción de biogás a partir de los desechos orgánicos originados en una granja agroecológica y educativa aledaña a la institución.
La idea de implementar un modelo de biodigestor autosustentable de bajo costo, que puede autoconstruirse incluso con materiales de desecho, proviene del constante trabajo por idear nuevas fuentes energéticas en función del incremento de la generación de energías alternativas no convencionales.
El biodigestor a pequeña escala, que ya se encuentra en funcionamiento en la Sede Viña del Mar de la Universidad Santa María, se basa en la utilización de una tecnología que puede ser implementada en zonas rurales ganaderas o donde se produzcan residuos agroindustriales, con el objetivo de producir aplicaciones de calefacción a través del procesamiento de estiércol para la generación de biogás (mezcla de metano (Ch4) y CO2).
Además, el sistema incluye un colector plano que apoya al proceso con energía solar, con el fin de calefaccionar y mantener los 30-35° requeridos dentro del digestor para el proceso de digestión, dando como resultado un sistema totalmente autosustentable sin necesidad de energía eléctrica.
“La estructura se basa en una fosa séptica convencional casera de fibra plástica reforzada, adaptada para procesar (digerir) materia orgánica residual y convertirla en biogás.
El sistema entrega cerca de 5.000 kilocalorías por metro cúbico producido, y se estima una producción de cerca de 2 m3 de biogás por día, lo que equivale a unos dos litros de bencina por diarios”, explica el gestor de este proyecto, el profesor Claudio Matta.
Actualmente, el biogás que el digestor está generando es capaz de abastecer a una familia completa en cuanto a la sustitución de gas natural en la cocina y calefont, y el sistema está ideado para Pequeñas y Medianas Empresas (Pymes) del sector agroindustrial, las cuales generalmente cuentan con estiércol animal, que se transforma en un problema, y comúnmente tienen deficiencias energéticas.
El costo de inversión de dicha instalación podría bordear los $2.000.000, que son posibles de recuperar por efecto de ahorro energético y fertilizante generado en dos años.
Recolección de estiércol Para hacer funcionar el biodigestor, se requiere de residuos orgánicos animales, los cuales provienen de una granja que se encuentra en las cercanías de la Sede Universitaria.
En ese lugar se realiza la recolección del estiércol, en estos momentos, de un porcino, pero con proyecciones para conejos, llamas y carneros, el cual luego es depositado en una torre de carga que posee un sistema hidráulico de mangueras anchas que posibilita el buen tránsito de las cargas que van hacia el biodigestor.
Asimismo, el biodigestor casero posee un colector solar plano anexos como complemento energético, y para el segundo semestre de este año se pretende instalar un panel fotovoltaico que almacene la energía para la noche.
“El objetivo es desarrollar un modelo totalmente autónomo desde el punto de vista energético sin tener que colgarse a la red de energía eléctrica. La idea de instalarle un panel fotovoltaico anexo es para superar el problema de la calefacción nocturna, donde baja mucho la temperatura perjudicando a las bacterias que realizan el proceso de degradación anaeróbica”, sostiene Matta.
El biogás se produce básicamente por la fermentación anaeróbica de la biomasa (en este caso, el estiércol), y se produce a través de la transformación de la materia orgánica en un gas, cuyos componentes principales son el metano y el dióxido de carbono, y algunas trazas de ácido sulfídrico (H2S) que hay que retirarlo en lo posible por su toxicidad y corrosión de materiales.
Este gas, producido por una serie de reacciones bioquímicas, cuenta con propiedades energéticas, formando parte de las Energías Renovables no Convencionales (ERNC) junto a la energía solar, geotérmica, pequeña hidráulica, eólica y la proveniente de los océanos (undimotriz y maremotriz).
Fuente: Universidad Santa María
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