Sigue adelante la gran apuesta norteafricana de producción de energía solar
>> 11 de diciembre de 2009
Con la reciente constitución de una joint venture de grandes empresas energéticas europeas, el 2010 se perfila como el año de comienzo de un plan para abastecer nuestro continente con energía solar generada principalmente en el desierto africano del Sáhara.
La alianza de empresas que impulsará el proyecto, Desertec Industrial Initiative, tendrá la sede en Muchich, Alemania. Este es el resultado de los esfuerzos económicos y tecnológicos de 12 empresas, entre ellas algunas tan acreditadas como E.ON, Siemens, Deutsche Bank, Munich Re o RWE.
Hasta 2012, se dispone de un prespuesto de 1,8 millones anuales de euros, pero sólo se trata del comienzo de una operación a largo plazo con el horizonte situado en 2050 y con una inversión prevista hasta esa fecha de 400.000 millones de euros.
El objetivo es construir una red de grandes parques solares termoeléctricos desde el Sáhara hasta el Próximo Oriente. Esta tecnología funciona recogiendo la radiación solar y concentrándola en un punto donde se calienta un fluido utilizado en un ciclo termodinámico para generar electricidad.
En función del tipo de concentrador y de la temperatura, se pueden obtener diferentes rendimientos. La elección del norte de África no es casual, porque en esta vasta región, la intensidad de la radiación solar es mucho más elevada que en otros lugares.
Según Desertec, si los paneles solares ocupasen una superficie equivalente a toda la provincia de Barcelona, -7.700 km2-, se podría cubrir la demanda de toda la Unión Europea. Sea cierto o no este dato, el objetivo para 2050 se ha establecido en cubrir el 15% de la demanda del continente europeo, pero también del norte de África y parte de Oriente Próximo.
Así, se ha comentado que la energía generada -100 GW previstos- podría alimentar desaladoras en un ambiente en el que escasea el agua.
Los impulsores de la inciativa defienden la viabilidad y la oportunidad estratégica que supone en dos sentidos: dar un gran paso en la transición hacia las renovables y favorecer el desarrollo de la región, creando lazos entre las dos orillas del Mediterráneo y contribuyendo a la estabilidad futura.
La participación de la primera compañía privada argelina Cevital, de gran peso en el sector agroalimentario, alimentaría esta tesis. Además, Desertec tiene como objetivos inmediatos la colaboración con más empresas de la región donde se piensa implantar los parques solares y tiene la complicidad del Cub de Roma, la Transmediterranean Renewable Energy Cooperation y la red EU-MENA, formada por estados de la UE, el norte de África y Oriente Próximo.
El gran argumento de los defensores del proyecto es, en definitiva, la fuerza de la cooperación para conseguir beneficios ambientales y económicos. Desertec tendrá un impulso inicial de dinero público europeo pero la mayor parte de la financiación será privada.
Las voces críticas han llegado desde la presidencia europea del Consejo Mundial de Energías Renovables, que ha hecho énfasis en la hipoteca que supone la dependencia energética del exterior. En España, la Asociación de Productores de Energías Renvoables -APPA-, ha criticado el poco sentido que tiene importar la energía desde tan lejos cuando uno de los problemas con los que se encuentran ahora mismo es precisamente el de que su coste aún es poco competitivo. Otras voces han hablado de neocolonialismo.
El objetivo es construir una red de grandes parques solares termoeléctricos desde el Sáhara hasta el Próximo Oriente. Esta tecnología funciona recogiendo la radiación solar y concentrándola en un punto donde se calienta un fluido utilizado en un ciclo termodinámico para generar electricidad.
En función del tipo de concentrador y de la temperatura, se pueden obtener diferentes rendimientos. La elección del norte de África no es casual, porque en esta vasta región, la intensidad de la radiación solar es mucho más elevada que en otros lugares.
Según Desertec, si los paneles solares ocupasen una superficie equivalente a toda la provincia de Barcelona, -7.700 km2-, se podría cubrir la demanda de toda la Unión Europea. Sea cierto o no este dato, el objetivo para 2050 se ha establecido en cubrir el 15% de la demanda del continente europeo, pero también del norte de África y parte de Oriente Próximo.
Así, se ha comentado que la energía generada -100 GW previstos- podría alimentar desaladoras en un ambiente en el que escasea el agua.
Los impulsores de la inciativa defienden la viabilidad y la oportunidad estratégica que supone en dos sentidos: dar un gran paso en la transición hacia las renovables y favorecer el desarrollo de la región, creando lazos entre las dos orillas del Mediterráneo y contribuyendo a la estabilidad futura.
La participación de la primera compañía privada argelina Cevital, de gran peso en el sector agroalimentario, alimentaría esta tesis. Además, Desertec tiene como objetivos inmediatos la colaboración con más empresas de la región donde se piensa implantar los parques solares y tiene la complicidad del Cub de Roma, la Transmediterranean Renewable Energy Cooperation y la red EU-MENA, formada por estados de la UE, el norte de África y Oriente Próximo.
El gran argumento de los defensores del proyecto es, en definitiva, la fuerza de la cooperación para conseguir beneficios ambientales y económicos. Desertec tendrá un impulso inicial de dinero público europeo pero la mayor parte de la financiación será privada.
Las voces críticas han llegado desde la presidencia europea del Consejo Mundial de Energías Renovables, que ha hecho énfasis en la hipoteca que supone la dependencia energética del exterior. En España, la Asociación de Productores de Energías Renvoables -APPA-, ha criticado el poco sentido que tiene importar la energía desde tan lejos cuando uno de los problemas con los que se encuentran ahora mismo es precisamente el de que su coste aún es poco competitivo. Otras voces han hablado de neocolonialismo.
Fuente: News Soliclima
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