Ambientalistas y Comunidades de Punta de Choros indignados por aprobación de Barrancones
>> 25 de agosto de 2010
Existe una alta preocupación por el impacto ambiental que el proyecto termoeléctrico pueda tener en zonas protegidas y en el desarrollo económico de la localidad.
Autor: Mauricio Zanotti
Foro Energías
Desde 2007 que Chile ha visto un fuerte incremento en la aprobación de proyectos energéticos que funcionan en base a carbón. Centrales que vuelven en grande luego de varios años de ausencia, producto de las bondades del gas argentino cuyo aporte se ha visto fuertemente disminuido por estos días.
Eso sí, junto con el carbón llegaron las críticas de agrupaciones y ONG ambientalistas quienes advierten de las consecuencias que estas instalaciones podían tener para las comunidades aledañas y la calidad del aire en el sector.
Residuos tóxicos en las aguas, enfermedades pulmonares y un impacto en el desarrollo económico local, son algunos de las consecuencias que una planta termoeléctrica a carbón puede traer en sus cercanías.
Pese a esto, durante los últimos años, los proyectos de generación con carbón presentados al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA) superan los 7.000 MW, destacando iniciativas como la central Castilla que pretende instalar centrales equivalentes a 2.000 Mw.
Ayer, uno de los proyectos termoeléctricos más conflictivos de este último tiempo fue aprobado por las autoridades ambientales de la IV Región de Coquimbo, por 15 votos contra 4..
Se trata de Barrancones, un proyecto termoeléctrico compuesto por dos centrales alimentadas de carbón pulverizado que generará 540 MW y requerirá una inversión cercana a los US$1.000 millones.
El gran problema que muchos ven en esta iniciativa, propiedad de la empresa franco-belga Suez Energy, es su ubicación cercana a la reserva de Pinguinos de Humbolt e Isla Damas, ambas zonas protegidas focos turísticos de la región.
Expertos medioambientales aseguran que el impacto que tendrá la central en la principal reserva marítima de Chile será irreversible
Para la directora de Chile Sustentable, Sara Larraín, la ubicación de este proyecto simplemente no tiene sentido.
“Es absolutamente indeseable y a la larga resulta un proyecto contaminante en un área donde las autoridades del país habían decidido proteger la biodiversidad y desarrollarse en base a la actividad pesquera y turística. La verdad es que este proyecto viene a instalar un elefante en una cristalería para la lógica de desarrollo de la región”. Aseguró la experta.
Larraín agregó que “hoy hay una ausencia completa de lógica territorial en el desarrollo de estos
proyectos y el sector privado no puede seguir poniendo estos proyectos en cualquier parte, porque es disfuncional a la estrategia de desarrollo que tienen otros actores”.
En tanto, el Director Ejecutivo de Conama, Ignacio Toro, señaló que el proyecto cumple su normativa ambiental en sus distintas partes con directrices internacionales, y que, en el caso de que la ciudadanía haya sentido que sus observaciones no han sido debidamente ponderadas por la Corema, pueden presentar un curso de reclamación a la Dirección Ejecutiva de Conama.
"Que las personas estén tranquilas porque el proyecto cuenta con un plan de seguimiento robusto y riguroso”, agregó Toro.
Comunidades indignadas
Comunidades indignadas
Otro sector que ha criticado fuertemente la aprobación de este proyecto termoeléctrico son las comunidades de Punta de Choros, que por medio del Movimiento de Defensa del Medio
Ambiente (MODEMA) llevan tres años luchando contra el emplazamiento de la central.
Según el secretario de MODEMA, Jan Van Dick, se pueden apreciar muchas irregularidades en la aprobación de la termoeléctrica apuntando a que los representantes de Corema habrían sido influenciados para votar a favor del proyecto.
“Nos parece horroroso lo que pasó, un voto político sin ninguna rigurosidad”, criticó el secretario de MODEMA.
Una teoría que es apoyada por la directora de Fundación Terram, Flavia Liberona, quien asegura que esto “se ve claramente reflejado en la votación, donde todos los seremis votan a favor del proyecto, alineados con el Gobierno Central, mientras los concejeros regionales rechazaron la iniciativa de Suez”.
A esto se suma el incidente protagonizado por la funcionaria de Conama, Pamela Pizarro, quien durante una sesión donde representantes de MODEMA entregaron 25 mil firmas en contra de la termoeléctrica, fue sorprendida enviando un mensaje de texto en el que trataba de “Hippies de mierda” a los integrantes de la agrupación.
Si bien Conama despidió inmediatamente a Pizarro, en MODEMA exigen que se realice una investigación sobre a quién se le estaba enviando ese mensaje y si se han registrado depósitos sospechosos.
La ansiada normativa de Termoeléctricas
La ansiada normativa de Termoeléctricas
El 15 de diciembre del año pasado, la, en entonces, ministra de Medio Ambiente, Ana Lya Uriarte dejó prácticamente listo el anteproyecto de ley que regula las termoeléctricas en Chile, normativa indispensable para asegurar un correcto desarrollo de las futuras centrales carboníferas.
Hoy Uriarte lamentó la aprobación de Barrancones señalando vía “Twitter” que “el proyecto es una aberración”, agregando que “se ha retrasado la norma de termoeléctricas cuando estaba lista”.
Esto último se ha debido a que autoridades de la pasada y actual administraciones se han negado a aprobar la iniciativa por ser demasiado exigente, algo que tanto el ex ministro de Energía Marcelo Tokman, como el actual jefe de esa cartera, Ricardo Raineri, han afirmado.
Para Flavia Liberona, los principales “reparos a la normativa para termoeléctrica vendrían del sector energético y de los grandes contaminantes”, quienes han impedido que el proyecto regulador entre en vigencia.
Hoy la normativa sigue sin tener una fecha de aprobación establecida, algo que podría impedir que futuros proyectos termoeléctricos a carbón se evalúen con toda la rigurosidad necesaria.
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