Países europeos son los primeros en comenzar a revisar la seguridad de sus centrales nucleares
>> 16 de marzo de 2011
Fuente: El Mercurio
El accidente en la central nuclear japonesa Fukushima Daiichi, provocado por el devastador terremoto y maremoto del viernes pasado, despertó a nivel mundial la preocupación por la seguridad de las plantas atómicas ante desastres naturales.
Mientras que ayer el gobierno de EE.UU. demostró confianza en la seguridad de sus plantas y rechazó la idea de imponer una moratoria a la construcción de nuevas instalaciones, los que ya tomaron medidas concretas fueron los países europeos.
A pesar de estar ubicados en una zona geográfica de peligro sísmico bajo, en una reunión de ministros de Medio Ambiente de la Unión Europea se apoyó la idea propuesta por Austria de realizar pruebas de resistencia a las centrales para evitar riesgos.
De los 27 países de la Unión Europea, 14 tienen centrales nucleares, sumando un total de 143 reactores atómicos.
Los países productores cubren con la energía nuclear una parte importante de su consumo energético, y la tendencia de los últimos años ha sido extender la vida de los reactores y aumentar esta producción para reducir la dependencia del petróleo y
del gas. Sin embargo, el terremoto de Japón cambió el escenario.
Ayer la Canciller alemana, Angela Merkel, anunció una moratoria de tres meses para la ley aprobada el año pasado que contempla ampliar la vida útil de las 17 centrales nucleares de Alemania hasta 14 años.
En un plazo de tres meses, el país revisará cada una de sus plantas nucleares, dijo Merkel, quien sin embargo señaló que Alemania, no puede prescindir aún de la energía atómica, aunque tenga intención de sustituirla por la energía renovable.
En tanto, Suiza decidió paralizar la autorización para construir tres nuevas plantas en el país, donde el 40% de la energía consumida es de origen nuclear. Se cree que el Gobierno mantendrá el freno hasta el referéndum previsto para 2013 sobre la cuestión nuclear, señaló El Mundo.
En Francia, donde el 80 por ciento de la electricidad proviene de la energía nuclear, se abrió desde el fin de semana un intenso debate sobre la seguridad de sus propios reactores.
El país cuenta con 58 reactores -tres más que Japón-en 19 centrales nucleares, con una vida promedio estimada en 25 años. Según el diario francés Libération, al menos seis están ubicadas en áreas de riesgo sísmico moderado. Los ecologistas impulsan el debate y exigen un referendo sobre el tema.
En Inglaterra, el ministro de Energía, Chris Huhne, admitió que la crisis en Japón deja "lecciones por aprender", pero no dio signos de cambio. En 2008, el anterior gobierno británico dio luz verde a la construcción de una central nuclear "de última generación", con el objetivo de ir reemplazando hacia 2035 las 19 plantas que aún operan.
Agua en ebullición
En la UE, España es el único país en el que operan reactores de agua en ebullición, el mismo tipo que utiliza la instalación de Fukushima, y concretamente están en dos centrales. Según expertos, en este país el debate es más ideológico que práctico, ya que existe potencia eléctrica instalada suficiente.
En Italia, donde no hay plantas nucleares desde hace 20 años, la oposición reforzó su lucha contra los planes del gobierno de reintroducir ese tipo de reactores, tal y como dispuso en 2009. El 12 de junio se celebrará un referendo para decidir si se vuelven a construir o no plantas nucleares a partir de 2013.
Fuera de Europa, el gobierno indio ordenó revisar los sistemas de seguridad en sus 20 plantas nucleares.
Extranjeros intentan escapar del caos y países llaman a sus ciudadanos a no viajar a Japón si no es estrictamente necesario
"Cuando vi salir los únicos cuatro buses que partían desde Sendai hacia Niigata, casi me vengo abajo. No había suficiente combustible y no podían salir más", narró ayer a El País el científico español Juan Manuel García, que a pesar de sus intentos por irse aún continúa en Japón.
García llegó al terminal de buses gracias a una periodista del diario español, quien le informó sobre esa posibilidad para alejarse de la zona. Su mayor temor, cuenta, son las fugas de radiación de las centrales nucleares.
Finalmente, pudo embarcarse en otro bus que le permitió llegar a Niigata. Desde allí espera tomar el tren bala hasta Tokio.
El relato representa el sentimiento de pavor de muchos extranjeros que desean escapar del desastre natural que dejó el terremoto y posterior maremoto, especialmente la amenaza nuclear.
Por ello es que EE.UU., Alemania y el Reino Unido han recomendado a sus ciudadanos no viajar a Tokio y al norte de Japón si no es estrictamente necesario.
Francia, por su parte, recomendó a sus ciudadanos que abandonen Tokio, citando el riesgo de más terremotos y la incertidumbre sobre las plantas nucleares dañadas.
En tanto, la embajada mexicana en Japón declaró que considera "razonable" que aquellos cuya presencia en la capital nipona no es esencial se trasladen hacia el sur, a pesar de que las informaciones apunten a que "no existe riesgo nuclear", informó EFE.
Fuente: El Mercurio
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