Brasil aprueba megacentral hidroeléctrica en el Amazonas
>> 2 de junio de 2011
Fuente: La Tercera
El gobierno de Brasil aprobó la construcción de una megacentral hidroeléctrica en el Amazonas, que se transformará en la tercera más grande del mundo después de las Tres Gargantas, que está en China, y de la paraguayo-brasileña de Itaipú.
Se trata del complejo Belo Monte, el cual tendrá una capacidad de generación instalada de 11.200 MW, es decir, casi tres veces más que el proyecto HidroAysén, que impulsan en Chile Endesa y Colbún, el cual tendrá una capacidad total de 2.750 MW.
La iniciativa, cuyo potencial de generación equivale a cerca del 11% de la capacidad instalada del país, contempla la construcción de un gran embalse en el río Xingú, un afluente del Amazonas. La represa tendrá seis kilómetros de extensión y desplazará a 30.000 pobladores de la zona. Contará con 18 turbinas de 611,11 MW cada una y seis turbinas, de 39,9 MW.
Según la agencia DPA, el Instituto Brasileño de Medio Ambiente y Recursos Naturales Renovables (Ibama) señaló en un comunicado que la autorización se logró después de un "robusto análisis técnico". Agregó que se incluyeron varias exigencias al consorcio a cargo de las obras, llamado Norte Energía, formado por el holding estatal Eletrobras, el segundo mayor fondo de pensiones de Brasil, Petros y constructoras locales.
La ministra brasileña de Planificación, Miriam Belchior, detalló que se invertirán 3.200 millones de reales (unos US$ 2.000 millones) en compensaciones socioambientales, que incluyen la pavimentación de calles, construcción de escuelas, hospitales y red de alcantarillado para las ciudades afectadas en la ribera del río Xingú. Añadió que para garantizar el cumplimiento de las exigencias, se formará un equipo técnico exclusivo que acompañará la ejecución de la obra.
Belo Monte requerirá una inversión de US$ 17.000 millones. La primera turbina entrará en operación en 2015 y la última en 2019.
La aprobación de la central no estuvo exenta del rechazo de la comunidad ambientalista. La Fiscalía de Pará presentó varios recursos para detener el proyecto, argumentando que las licencias anticipadas entregadas en enero y que permitieron el inicio de las obras de infraestructura previas, fueron concedidas de forma apresurada. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la Organización de Estados Americanos (OEA) también pidió la paralización de las obras.
Fuente: La Tercera
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