Región de Antofagasta podría albergar plantaciones de jatropha
>> 16 de junio de 2011
Fuente: FIA
Un gran potencial tendría la Región de Antofagasta como productora de semillas de jatropha curcas, para elaborar biocombustible de segunda generación. Así concluyó un proyecto de la Universidad de Chile que, durante cuatro años, evaluó una nueva alternativa energética.
El trabajo fue ejecutado gracias al cofinanciamiento del Ministerio de Agricultura a través de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA).
El proyecto “Desarrollo y validación del cultivo de jatropha en la zona norte de Chile para la producción de biodiesel” ejecutado por la Universidad de Chile, tuvo entre sus asociados a Agroenergía S.A.; Comercial e Industrial Binghamton S.A; Energía Ecológica S.A.; Escuela Agrícola San Félix; Liceo Agrícola Ovalle “Tadeo Perry Barnes”; Sociedad Agrícola Nacientes del Cogotí Ltda. y Transportes Cometa S.A.
Con un monto total de $293.035.000, al que FIA aportó $100.000.000 (34,24%), la propuesta nació el 2008 con la finalidad de encontrar una posible alternativa que permitiera a Chile diversificar su matriz energética y, de esta forma, reducir el uso de combustibles fósiles.
En este contexto, la Universidad de Chile impulsó las plantaciones de jatropha en áreas con limitaciones térmicas e hídricas, para fabricar biodiesel. Estos son llamados “biocombustibles de segunda generación”, porque no compiten con cultivos de consumo animal o humano.
La elección de la jatropha se debió a que la semilla posee entre un 28% y 50% de aceite en su composición.
El coordinador del proyecto, Manuel Paneque, señaló que la propagación de los primeros clones de jatropha in vitro fue exitosa, mientras que la plantación en 10 parcelas experimentales pilotos —5 hectáreas en total, comprendidas entre las regiones de Atacama y Biobío— tuvo buenos resultados en sectores donde las condiciones agroclimáticas son más extremas: alta salinidad y bajas temperaturas.
Según lo anterior, Paneque estima que, según los resultados de adaptación observados, la zona de Ovalle es la de mejor actitud agroclimática, mientras que la Región de Antofagasta se perfila como el territorio con mayor disponibilidad de tierras para cultivar la oleaginosa (40% del total de hectáreas de las regiones estudiadas). Ello podría llevar a la construcción de una planta productora de biodiesel.
De acuerdo antecedentes de la Comisión Nacional de Energía (CNE) recogidos por el proyecto, el territorio de Antofagasta tiene y presentaría una alta demanda de diesel al 2019 por la actividad minera: 1.649.000 m3, cifra que sólo sería superada por la Metropolitana.
Otro hito de la iniciativa fue la selección de clones adaptados a diferentes condiciones agroclimáticas, así como la cosecha de semillas de jatropha. La mayor producción se registró en la parcela experimental del Liceo Agrícola Ovalle “Tadeo Perry Barnes”.
El ejecutivo de innovación FIA y supervisor del proyecto, Tomás García-Huidobro, precisó que “los resultados preliminares indican que la jatropha logró adaptarse a las condiciones agroclimáticas del norte de Chile. No obstante, las plantas requieren de un riego adecuado para crecer y alcanzar un potencial productivo que sea competitivo, lo que limita su expansión en zonas áridas. Además, es necesario esperar un par de años más para evaluar el real potencial productivo de los individuos seleccionados”.
Con respecto al modelo de negocio, Paneque puntualizó que, de implementarse un proyecto comercial, éste podría tener un impacto socioeconómico en el sector rural. “El objetivo del modelo es enfocarse en la producción de semillas de la oleaginosa, para venderlas a productores de biodiesel. El inicio de la cadena estaría en manos pequeños agricultores, que según INDAP, son aquellos que poseen 12 o menos hectáreas de riego básico y sin explotación agrícola mayor”, concluyó.
El propósito es que los agricultores cultiven jatropha curcas para obtener ingresos adicionales usando terrenos que actualmente son improductivos y, de esta forma, mejoren sus ingresos.
Fuente: FIA
Un gran potencial tendría la Región de Antofagasta como productora de semillas de jatropha curcas, para elaborar biocombustible de segunda generación. Así concluyó un proyecto de la Universidad de Chile que, durante cuatro años, evaluó una nueva alternativa energética.
El trabajo fue ejecutado gracias al cofinanciamiento del Ministerio de Agricultura a través de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA).
El proyecto “Desarrollo y validación del cultivo de jatropha en la zona norte de Chile para la producción de biodiesel” ejecutado por la Universidad de Chile, tuvo entre sus asociados a Agroenergía S.A.; Comercial e Industrial Binghamton S.A; Energía Ecológica S.A.; Escuela Agrícola San Félix; Liceo Agrícola Ovalle “Tadeo Perry Barnes”; Sociedad Agrícola Nacientes del Cogotí Ltda. y Transportes Cometa S.A.
Con un monto total de $293.035.000, al que FIA aportó $100.000.000 (34,24%), la propuesta nació el 2008 con la finalidad de encontrar una posible alternativa que permitiera a Chile diversificar su matriz energética y, de esta forma, reducir el uso de combustibles fósiles.
En este contexto, la Universidad de Chile impulsó las plantaciones de jatropha en áreas con limitaciones térmicas e hídricas, para fabricar biodiesel. Estos son llamados “biocombustibles de segunda generación”, porque no compiten con cultivos de consumo animal o humano.
La elección de la jatropha se debió a que la semilla posee entre un 28% y 50% de aceite en su composición.
El coordinador del proyecto, Manuel Paneque, señaló que la propagación de los primeros clones de jatropha in vitro fue exitosa, mientras que la plantación en 10 parcelas experimentales pilotos —5 hectáreas en total, comprendidas entre las regiones de Atacama y Biobío— tuvo buenos resultados en sectores donde las condiciones agroclimáticas son más extremas: alta salinidad y bajas temperaturas.
Según lo anterior, Paneque estima que, según los resultados de adaptación observados, la zona de Ovalle es la de mejor actitud agroclimática, mientras que la Región de Antofagasta se perfila como el territorio con mayor disponibilidad de tierras para cultivar la oleaginosa (40% del total de hectáreas de las regiones estudiadas). Ello podría llevar a la construcción de una planta productora de biodiesel.
De acuerdo antecedentes de la Comisión Nacional de Energía (CNE) recogidos por el proyecto, el territorio de Antofagasta tiene y presentaría una alta demanda de diesel al 2019 por la actividad minera: 1.649.000 m3, cifra que sólo sería superada por la Metropolitana.
Otro hito de la iniciativa fue la selección de clones adaptados a diferentes condiciones agroclimáticas, así como la cosecha de semillas de jatropha. La mayor producción se registró en la parcela experimental del Liceo Agrícola Ovalle “Tadeo Perry Barnes”.
El ejecutivo de innovación FIA y supervisor del proyecto, Tomás García-Huidobro, precisó que “los resultados preliminares indican que la jatropha logró adaptarse a las condiciones agroclimáticas del norte de Chile. No obstante, las plantas requieren de un riego adecuado para crecer y alcanzar un potencial productivo que sea competitivo, lo que limita su expansión en zonas áridas. Además, es necesario esperar un par de años más para evaluar el real potencial productivo de los individuos seleccionados”.
Con respecto al modelo de negocio, Paneque puntualizó que, de implementarse un proyecto comercial, éste podría tener un impacto socioeconómico en el sector rural. “El objetivo del modelo es enfocarse en la producción de semillas de la oleaginosa, para venderlas a productores de biodiesel. El inicio de la cadena estaría en manos pequeños agricultores, que según INDAP, son aquellos que poseen 12 o menos hectáreas de riego básico y sin explotación agrícola mayor”, concluyó.
El propósito es que los agricultores cultiven jatropha curcas para obtener ingresos adicionales usando terrenos que actualmente son improductivos y, de esta forma, mejoren sus ingresos.
Fuente: FIA
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