Línea de transmisión clave para la zona central exhibe fuerte retraso en construcción
>> 28 de diciembre de 2011
Fuente: El Mercurio
A fines de 2009, la compañía española Elecnor sorprendió al mercado al adjudicarse la construcción de una línea de transmisión de alta tensión, clave para fortalecer el suministro eléctrico a Santiago, entre las subestaciones Ancoa (Región del Maule) y Alto Jahuel (Región Metropolitana).
En aquella ocasión, la Comisión Nacional de Energía (CNE) -a cargo del proceso- se inclinó por la multinacional, debido a que el monto que ofertó para las obras del tendido fue el más bajo entre sus competidores.
A más de dos años de dicho proceso, las obras en la línea de capacidad de 500 kilovatios (kW) presentan un atraso de al menos un año y medio en relación con los plazos estipulados en las bases subastadas, explican fuentes del mercado.
De acuerdo con las bases de licitación, dicho tendido debería entrar en operaciones durante marzo de 2013, aunque en el Gobierno manifestaron que el decreto de adjudicación estipula que la puesta en servicio del proyecto es el 13 de julio de 2013. Sin embargo, fuentes cercanas al desarrollo de la iniciativa afirman que el retraso en las obras hace prever que el tendido no entrará en servicio hasta el 2014.
Según explican fuentes de la industria, la demora exhibida por Elecnor responde a varias razones. La primera tendría relación con que el valor que presupuestó la compañía a la hora de adjudicarse las obras por US$ 187 millones -monto 21% más bajo que el de su principal competidor en la licitación- se habría disparado. Esto, porque las compensaciones a los propietarios de los predios, los gastos en los estudios de factibilidad y el costo de las obras fueron mucho mayores a los que estimó la firma en un principio.
Otro factor es la extensión de las negociaciones con los dueños de los predios por donde debe pasar el tendido. A esto se suman demoras asociadas a los plazos para la concesión eléctrica.
Según explica un consultor del sector, el retraso en la construcción del tendido de 258 kilómetros
es altamente sensible para la seguridad del suministro eléctrico de la zona central.
Esto, porque uno de los mayores cuellos de botella que tiene el SIC está ubicado entre las subestaciones Alto Jahuel y Charrúa (Linares), zona que se reforzaría con la nueva línea.
Además, los expertos destacan que la nueva capacidad de 700 MW que aportarán al SIC las centrales Bocamina II, de Endesa, y Santa María de Colbún enfrentaría cuellos de botella para el traslado de la energía a Santiago. Esto, explican en la industria, debido a la menor capacidad de transmisión existente desde el sur hasta la R.M. Este tipo de dificultades no son nuevas, pues hace algunas semanas la transmisora eléctrica, Transelec, le informó al Gobierno que no participará en gran parte de los nuevos proyectos para reforzar y extender el SIC, por los riesgos que implica cumplir con los plazos establecidos.
Fuente: El Mercurio
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