Sólo el 11% de los proyectos eléctricos de la última década está en construcción
>> 19 de marzo de 2012
Fuente: La Tercera
El revés judicial que sufrió la semana pasada la Central Castilla -ligada al empresario Eike Batista y a la alemana E.On- y que mantiene paralizado el inicio de las obras de construcción es una muestra de la creciente complejidad que enfrentan los proyectos energéticos.
Según datos de la consultora Central Energía y la Asociación de Generadores, de los proyectos ingresados a trámite en el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (Seia) desde 2003 -incluyendo aprobados y en evaluación-, sólo el 11%, medido en MW, se encuentra en construcción.
Desde 2002, en el Sistema de Evaluación Ambiental hay 166 iniciativas de generación -de todo tamaño y tecnología-, que están en condiciones de agregar una capacidad instalada adicional de 21.499 MW. Del total, sólo 22 -equivalente a 2.296 MW- están con sus obras en marcha. Por tecnología, el 30% del total de proyectos corresponde a hidroeléctricas, el 41% a térmicas a carbón, 15% a eólicas, un 7% a solares, 3% a biomasa, biogás y cogeneración y 3% a otro tipo de centrales térmicas.
Entre los 11 proyectos de mayor tamaño del Sistema Interconectado Central (SIC), que abastece al 93% de la población y que se extiende entre Taltal y Chiloé, la situación no es distinta. Sólo cuatro están en construcción, representando 15% de la nueva capacidad.
Este año entrarán en operaciones las carboneras Bocamina II (Endesa, 350 MW) y Santa María (Colbún, 350 MW), mientras que para 2013 se espera que terminen su construcción las centrales Campiche (Gener, carbón 270 MW) y la hidroeléctrica Angostura (316 MW).
Luego de esto, los siguientes proyectos de generación no entrarían antes de 2016.
De hecho, aún no inician sus obras HidroAysén (2.750 MW), Energía Austral (1.100 MW), Castilla (2.150 MW), Punta Alcalde (740 MW), Los Robles (740 MW), Neltume (490 MW) y Alto Maipo (531 MW), que tienen aprobaciones ambientales o están en proceso de obtener permisos. HidroAysén y Castilla enfrentan la oposición de comunidades y la judicialización de sus tramitaciones.
EFECTOS DE LOS RETRASOS
Expertos advierten que el retraso de los proyectos, en un escenario de creciente demanda, puede provocar una menor capacidad del sistema para responder a las exigencias. Ramón Galaz, gerente general de Consultora Valgesta, dice que también habrá un efecto económico: los precios continuarán altos.
En febrero, el costo marginal -lo que pagan las empresas por comprar energía en el mercado spot- promedió US$ 188 por MW. En marzo, superó los US$ 200 por MW. "Hay que asumir que los proyectos van a ser más difíciles de implementar y van a atrasarse. Más que efecto en el suministro, tendremos efectos en el largo plazo en los precios. Vamos a tener generación más cara en el corto plazo", dice. Esto, ya que para cubrir el crecimiento de la oferta se requerirá más generación de respaldo -principalmente, unidades diésel-, las que producen energía a un precio mayor. Asimismo, indica que la situación actual no permite tener claridad sobre lo que ocurrirá desde 2016.
Por su parte, María Isabel González, ex secretaria ejecutiva de la CNE, señala que el crecimiento de la demanda puede complicar el sistema a partir de 2016 ó 2017. Estima que en los próximos 20 años, el consumo per cápita de energía en Chile debiera triplicarse y llegar a niveles de países como Nueva Zelandia. "Estos van a ser años complicados, si es que no se resuelven los conflictos en los proyectos", acota.
Agrega que "el gobierno se ha visto obligado a relajar las medidas de seguridad del sistema para abastecer la demanda. Esto puede llevar a que tengamos fallas más frecuentes", dice.
En el caso de los hogares tampoco se prevén caídas de precios, porque se fijan por contratos de suministro de largo plazo.
Fuente: La Tercera
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