"Sólo esperamos que haya certeza de los tiempos de tramitación y de las exigencias para HidroAysén"
>> 7 de junio de 2010
Fuente: La Tercera
Esta semana viajó a París para exponer en la Universidad de Harvard el "Caso Colbún", o cómo la tercera eléctrica del país enfrentó en 2007 la triple contingencia de un año seco, sin gas natural y con precios del petróleo en las nubes. Bernardo Larraín Matte, gerente general de la firma, no oculta su satisfacción por los logros de la empresa, ni soslaya referirse a sus desafíos, aunque con el proyecto HidroAysén, donde tiene como aliado a Endesa, hace una pausa.
Sobre el megacomplejo -cuyo costo ya se empina hasta los US$ 7 mil millones-, Larraín enfatiza que es una de las múltiples opciones de la compañía, y sólo pide reglas claras y tiempos definidos para decidir el futuro de esta megainversión.
¿Cuánto de su tiempo le dedica a HidroAysén?
Colbún es mucho más que HidroAysén. Estamos construyendo casi 800 megawatts (MW) de capacidad nueva y una empresa energética siempre está generando opciones para los proyectos que empiecen a operar en 2014 ó 2015. HidroAysén es un proyecto relevante, con muchos atributos, pero es una de las tantas opciones que tiene Colbún.
Si es sólo una opción, ¿podría desecharse?
Hay dos niveles de decisión en cualquier proyecto y, por cierto, esto también cabe para HidroAysén. Primero, tienen que pronunciarse el país y sus instituciones. Y luego, el sector privado definir si lo hace o no.
Han gastado US$ 200 millones en Hidroaysén. ¿Esperan que este gobierno dé garantías de que agilizará el proyecto?
En Colbún no esperamos garantías distintas de aquellas que espera cualquier empresario o cualquier industria: que haya certeza de los tiempos de tramitación y de las exigencias que pide el EIA.
¿Qué plazo se han puesto para decidir si siguen o no?
Es razonable que el proyecto, de generación y transmisión, culmine su tramitación y que la autoridad defina si va o no de aquí a fines de 2011 o inicios de 2012. Cualquiera sea la resolución final, lo importante es saberlo lo antes posible. Lo peor es estar sometido a un plazo incierto.
¿Es una definición sólo ambiental o debería haber una definición de política energética?
Hay una institucionalidad técnico-ambiental que debe pronunciarse. Pero hay otra discusión pendiente sobre la matriz energética de Chile, sobre qué tipo de energía quiere y puede tener este país, donde el Ministerio de Energía tiene que tener una opinión. Podría pasar que la institucionalidad decida que el proyecto cumple con los criterios de un desarrollo sustentable y con los objetivos de política energética y, en ese mismo momento, habremos concluido los estudios que nos permitan saber si es una opción competitiva. Insisto, hay que tener en cuenta que el mercado eléctrico es dinámico: nadie hubiera vaticinado en 2005 que la demanda eléctrica al 2010 no iba a crecer.
¿Están dispuestos a incorporar socios?
No es el momento para pensar en socios, porque, insisto, es un proyecto en desarrollo.
Pablo Yrarrázaval dijo que en el gobierno de Bachelet no habían logrado nada...
No comparto eso. Cuando uno está en estas etapas de desarrollo de un proyecto, uno realiza una inversión que yo llamaría de capital de riesgo, para hacer estudios geológicos, hidrológicos, de ingeniería y de impacto ambiental. Y todo esto toma tiempo y recursos.
Kris Tompkins señaló que la familia Matte hipotecaba su prestigio en esto.
Todos los emprendimientos de la familia Matte muestran que cuando tomamos decisiones consideramos la sustentabilidad de largo plazo. Vamos a vivir aquí por los próximos 100 años, educamos a nuestros hijos en Chile, nos gusta Chile, nos interesa emprender en Chile y somos los más interesados en que nuestro país se desarrolle con el mayor estándar ambiental posible. Soy un gran partidario de que el estándar ambiental sea todo lo alto y exigente que debe ser.
Las opciones en GNL
¿Cuánto crecerá Colbún en 10 años?
Nuestro plan es que de acá a 2015-2017 tengamos un aumento de 60% de capacidad instalada. Pasaríamos de 2.500 MW a unos 4 mil y tantos MW, sin HidroAysén.
No se sumaron al GNL Quintero, ¿les interesa ser socios hoy?
Colbún y otros actores del SIC tienen centrales de ciclo combinado que, tradicionalmente, operaban con gas natural. Hoy lo hacen con diésel, y como es más caro, operan ocasionalmente. Hay un desafío país de aprovechar esa capacidad instalada lo más posible y que el GNL llegue más competitivo a Chile. Estamos pagando por el GNL tres veces más que Estados Unidos.
En la zona central hay un solo terminal, el GNL Quinteros
Hay que conversar con los distintos operadores de GNL. Siempre ha habido proyectos alternativos al de Quintero.
¿Les gustaría desarrollar un proyecto alternativo?
Lo estamos mirando. Puede ser interesante hacer un proyecto alternativo. Las condiciones de precio internacionales las comparamos con las de mercado nacional y vemos que hay un gap relevante. Hemos estado estudiando las opciones.
¿Sería como en el norte, con inyección directa?
Hay muchas opciones que dan más flexibilidad. Uno podría partir chico, sólo con gasificación y con un barco que almacena, como en el norte. También se puede gasificar en un barco, como en Argentina.
¿Han conversado con alguien?
El tema no es inminente y siempre conversamos con actores del mercado internacional de GNL. Mientras no tengamos la convicción de que las condiciones son razonables, en línea con mercados internacionales, las centrales seguirán operando ocasionalmente con diésel.
Apuesta alternativa
¿Qué rol juega la energía renovable no convencional?
Tenemos un plan de desarrollo geotérmico y nos ganamos dos concesiones, Alitar y Colimapu, en el norte y en el centro. Ahí tenemos grandes expectativas, porque nuestra vocación son las fuentes renovables. De las no convencionales, la geotermia es la más competitiva, pero requiere un expertise en exploración. Por eso nos aliamos con Geo Global Energy (norteamericana con capitales de Nueva Zelandia), una de las más experimentadas. El desafío es buscar proyectos renovables competitivos por sí solos, sin subsidios del Estado.
¿Dejarán el carbón?
En el Maule Alto estamos con proyectos de centrales de pasada en cascada, que suman 500 MW. Nuestra meta en ERNC es ir un poco más allá de la exigencia legal. También tenemos que ofrecer a nuestros clientes suministro seguro y de largo plazo, algo que no se puede hacer sólo con fuentes renovables. Necesitamos un complemento térmico eficiente y con altos estándares ambientales. Por eso, estamos construyendo la central a carbón más moderna de Chile, Santa María, en Coronel. Nuestro objetivo es mantener una matriz con al menos 50% de hidroelectricidad y energía renovable.
¿Van a entrar en la energía eólica y solar?
Estamos midiendo vientos en dos lugares en la Región del Maule y nuestro plan es agregar dos más. Estamos viendo también en la IV Región. En solar, estamos haciendo algunos estudios, mirando la licitación que hará el Ministerio.
¿Y lo nuclear?
Lo hemos analizado, pero la primera responsabilidad es del gobierno, ellos tienen que hacer los estudios.
Fuente: La Tercera
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