Rafael Rodrigo, presidente del Centro Superior de Investigaciones Científicas, asistirá esta mañana, en la sede del Incar, a la presentación de la planta de CO2 que se construirá en La Pereda (Mieres). Rodrigo sostiene que el sistema utilizado en Asturias es el más barato de los utilizados actualmente.
-Llevan años ensayando en el laboratorio del Incar el método de carbonatación-calcinación para la captura de CO2. ¿Está lista la tecnología para dar el salto de escala?
-Nuestra tecnología, como ya es sabido, está basada en la separación de CO2 en gas de alta temperatura mediante captura sobre cal (CaO), dando lugar a carbonato, y en la posterior regeneración para producir CO2 puro y CaO, el cual retorna al proceso para capturar más CO2. Este CO2 puro es susceptible de ser comprimido y confinado en el subsuelo.
El Instituto Nacional del Carbón, del CSIC, es uno de los líderes mundiales en la I+D en el campo de la captura de CO2 por carbonatación-calcinación. En los dos últimos años se han dado pasos decisivos para demostrar que la tecnología de carbonatación-calcinación es viable técnicamente en un régimen de operación continuo. No hay que olvidar que, para aplicar esta tecnología a nivel industrial, es necesario dar un paso intermedio para validar algunos aspectos fundamentales de la misma, y es esta fase en la que ahora se está trabajando intensamente en colaboración con Hunosa y Endesa.
-¿Qué resultados esperan obtener con la planta de 1 MW?
-El principal resultado que se espera obtener con la planta de 1 MW es demostrar que la tecnología de carbonatación-calcinación es adecuada para la captura de CO2 en centrales existentes con una alta eficacia y una penalización energética baja. La planta de 1 MW permitirá llevar a cabo este proceso de captura en unas condiciones próximas a un sistema de gran escala y con sistemas similares a los utilizados a nivel industrial.
A partir de los ensayos que se lleven a cabo en esta futura instalación, se dispondrá de una información que permitirá en pocos años la escalada de la tecnología a nivel industrial. Como característica más relevante de esta tecnología se puede destacar la utilización de lechos fluidizados circulantes interconectados.
Esta planta trabajará con sistemas similares a los industriales y servirá para estudiar, evaluar y desarrollar nuevos sistemas de interconexión entre lechos. Otros aspectos importantes que se podrán estudiar con la planta de 1 MW es el comportamiento de los sorbentes derivados de la caliza en condiciones reales de operación y con unos gases reales procedentes de la combustión en una central térmica de carbón.
Si los resultados experimentales que se han obtenido hasta el momento se confirman a escala de 1 MW, se puede decir que se ha dado un gran paso para el salto a dimensiones propias de escalas comerciales.
-Hunosa y Endesa, ¿son los mejores socios para poner en marcha un proyecto de este tipo?
-Ambos socios son idóneos para llevar a cabo este proyecto. Hunosa es una empresa nacional dedicada a la extracción y a la explotación de carbón. El futuro de este combustible depende de su utilización limpia y con bajo impacto ambiental.
Por otro lado, Hunosa cuenta con la central térmica de La Pereda, que por sus características resulta idónea para la instalación de la planta de 1 MW. Endesa es una de las grandes empresas energéticas que realizan importantes esfuerzos en la generación limpia de energía a partir de distintas fuentes, incluidos los combustibles fósiles.
El compromiso de estas dos grandes empresas en el desarrollo de la tecnología de captura de CO2 por carbonatación-calcinación muestra el potencial de esta tecnología y supone un fuerte respaldo al desarrollo del proyecto.
-Los costes del proceso de captura serán claves para el éxito de la tecnología. ¿Será más barato este método que otros que se están ensayando?
-Los estudios realizados hasta el momento muestran que esta tecnología presenta una penalización energética baja en comparación con otras tecnologías de captura.
Una de las principales ventajas de esta tecnología es que trabaja a temperaturas elevadas, lo cual permite que el calor utilizado en el proceso de captura se pueda recuperar en unas condiciones que permiten utilizarlo en la generación de electricidad.
Otra ventaja muy importante de esta tecnología es que la planta de captura de CO2 es en sí misma una central térmica, produciendo energía adicional y aumentando la potencia instalada del conjunto.
Además, la tecnología de carbonatación-calcinación utiliza como sorbente la caliza, la cual tiene un coste asociado muy bajo en comparación con otras tecnologías. En estos momentos es muy prematuro establecer comparaciones de costes con otras tecnologías, aunque la idea general es que este proceso es económicamente más barato que otros procesos en funcionamiento.
-¿Qué diferencias hay entre el proyecto que está poniendo en marcha Ciuden en León y el de La Pereda en Mieres (Asturias)?
-El proyecto de Ciuden se centra en la tecnología de oxicombustión y en la captura en poscombustión mediante absorción química. Un punto en común que tienen ambas iniciativas es que la tecnología de captura mediante carbonatación-calcinación se apoya en la oxicombustión, con la incorporación de oxígeno puro en el proceso de combustión del carbón.
-¿Son complementarios?
-Pensamos que sí. Ambos proyectos abarcan tecnologías de la captura de CO2, de forma que servirán para seleccionar la más adecuada, que presente finalmente unas mayores eficacias y unos menores costes energéticos. En todo caso, se puede decir que estas dos tecnologías pueden llegar a ser complementarias.
-¿Está bien posicionada España en la carrera tecnológica de la captura de CO2?
-En estos momentos y gracias a la investigación desarrollada en España y particularmente en dos de los centros del CSIC, el Instituto Nacional del Carbón y el Instituto de Carboquímica de Zaragoza, y siempre que se cumplan los pronósticos que tenemos previstos, creo que se puede afirmar que en la carrera tecnológica de la captura de CO2 estamos en condiciones óptimas. Hoy en día somos un referente nacional e internacional para alguna de las tecnologías de captura de CO2. Con la captura y el almacenamiento permanente de CO2, el carbón puede seguir teniendo un protagonismo importante en la dieta energética mundial constituyéndose más bien como parte fundamental de la solución que como problema en la lucha contra el cambio climático.
-En el Incar también están investigando la coutilización del carbón con renovables (biomasa, residuos?) e, incluso, la posible generación de hidrógeno. ¿Cómo marchan las investigaciones?
-Se está trabajando en la coutilización de carbones nacionales, biomasas autóctonas y residuos biomásicos de procedencia diversa. Se trata de optimizar los distintos porcentajes con el fin de comprobar la viabilidad de los mismos en procesos de cogasificación, cocombustión y cooxicombustión. Esta línea de investigación se ve sustentada por varios proyectos nacionales e internacionales en colaboración con empresas nacionales, principalmente.
También se está estudiando la aplicación de materiales derivados de recursos biomásicos en procesos de captura de CO2 y, también, en otras aplicaciones de carácter medioambiental. Estas investigaciones están en la actualidad desarrollándose a nivel de laboratorio.
-¿Qué otras líneas de investigación tiene abiertas el Incar para reducir las emisiones en la combustión del carbón?
-El Incar lleva varios años trabajando en temas de emisiones de metales derivados de la combustión del carbón. Actualmente, se están desarrollando trabajos para reducir las emisiones de mercurio a la atmósfera durante la producción de energía a partir de carbón o de mezclas de carbón y biomasa. Se han puesto a punto procedimientos de control de estas emisiones y, a escala de laboratorio, se están desarrollando estudios de retención de mercurio en distintos sorbentes.
-Hablar de carbón limpio, ¿alguna vez dejará de ser un contrasentido?
-La utilización limpia del carbón dejará de ser un contrasentido cuando se logre desarrollar una tecnología de captura de CO2 que permita la generación de energía con unas altas eficacias y unas bajas penalizaciones energéticas. Esperamos que el Incar-CSIC contribuya a hacerlo realidad.
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